En un contexto nacional social y político de violencia naturalizada, que excede lo futbolístico, la AFA no se queda al margen y elige ser parte del abuso de la autoridad. Son las nuevas reglas de juego. Lo peor en este escenario es que el público perdió la capacidad de asombro. Sabe que cualquier cosa le puede ocurrir, y en la cara, sin disimular.
Es conocida la historia de diferentes equipos a los que, prácticamente, se los empujó a una categoría superior con innumerables ayudas durante torneos enteros. Pero son menos los casos en los que se condenó a una institución a jugar en una división menor, perjudicándolo en diferentes situaciones, por no estar “alineado”. No hay que investigar demasiado, solo hace falta googlear un poquito.
Hoy, Guillermo Brown es el apuntado. Lo están “invitando” a perder la categoría. Lo reflejan todos los medios nacionales, ESPN, TyC Sport, Ole y tantos otros. La Banda volvió a sufrir un atropello el último fin de semana, esta vez frente a All Boys y en este caso le costó dos puntos. El enviado desde AFA de silbato para realizar ese “trabajo” fue Julio Barraza.
Los rivales del equipo madrynense dejaron de ser, desde hace rato, los once jugadores que enfrentan cada fecha. Tampoco lo es una hinchada, estadio o el mismo juego. Lo difícil, angustioso y decepcionante para Guillermo Brown es que se enfrenta a un poder mucho mayor, que comienza a jugar los partidos desde las designaciones arbitrales días antes de que comience a rodar la pelota. Y en ese juego, no participa.
La película es repetida y ya la vimos, por ende el final es predecible en cada fecha. Es indistinto el apellido de quien inventa penales en contra de Brown o elige no sancionarlos cuando son favorables. Eso, solo mencionando los fallos determinantes y no las “chiquitas” que inclinan la cancha.
El encargado de continuar con esta historia el próximo fin de semana cuando Brown reciba a Tristán Suárez, rival directo en el fondo de la tabla, es Diego Ceballos. Conocido árbitro por fallos increíbles a favor de Barracas Central, pero más famoso por dirigir la final de la Copa Argentina 2014-15. Allí cobró un penal 2 metros afuera del área a favor de Boca, sancionó un gol en offside, también a favor del conjunto xeneize y le anuló un gol lícito en favor de Rosario Central cuando el cotejo estaba 0 a 0, para que Boca Juniors pudiese levantar la copa.
El horizonte para Guillermo Brown se ve gris y las preguntas que se hacen sus hinchas son: ¿A 20 fechas para que termine el campeonato continuará este modus operandi arbitral? ¿Tiene posibilidades el equipo de Sialle, en este contexto, de salir adelante o ya definieron en un escritorio de AFA que Guillermo Brown será uno de los tres equipos que perderá la categoría?
