Luego de los conflictos sociales que se mantienen en Santiago de Chile, Conmebol decidió confirmar el cambio de sede a Lima para la definición de la Copa Libertadores entre River y Flamengo.
Alrededor de las 20, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, anunció en conferencia de prensa que «La opción más viable era Lima. Está equidistante para ambos países». Poco después, Conmebol oficializó el escenario en sus redes sociales. El partido se jugará en el estadio Monumental de Lima.
Este recinto, hogar de Universitario, corrió con ventaja debido a la gran capacidad que posee para albergar alrededor de 80 mil personas.
La final en Lima se jugará, en la misma fecha y a las 15 hora local (las 17 en Argentina).
Conmebol entendió que la postergación por una semana del partido decisivo (pasarlo del 23 al 30 de noviembre) impactaría de lleno en los calendarios locales. Para evitar más problemas, fijó su postura en mantener la fecha inicial del partido. Y también sostener definir la Copa en un solo partido y no jugar una serie de dos en Buenos Aires y Río de Janeiro, a la vieja usanza.